RETO
Conocíamos a Lily Brik artísticamente y nos encantaba su trabajo. Conocerla en persona y que aceptara formar parte de nuestro reto fue lo más.
Nunca antes habíamos pintado un grafiti, así que la idea de experimentar con algo nuevo, mancharnos las manos y realizar una “obra” en la calle nos resultaba realmente emocionante. Una obra frágil y efímera. El caso más claro de que lo importante era disfrutar con el proceso, pues en cualquier momento alguien podría pintar encima de nuestro lienzo y hacerlo desaparecer.
Acostumbrada a trabajar sola, a Lily le motivó la idea del trabajo en equipo. ¿Qué podríamos pintar? Queríamos que fuera un mensaje positivo, que conectara con nuestro RETO BLANC. Le explicamos el concepto del proyecto: pasión (magenta), autenticidad (cyan) e intelecto (amarillo) y le marcamos el camino. Lily nos preparo un boceto para el mural: tres escaleras representando nuestra ruta creativa. Nuestros caminos son distintos, interpretamos la creatividad desde diferentes perspectivas… pero al final confluimos, tenemos una misión en común “Crear nuestro camino”.
Al realizar el proyecto con Lily, nos dimos cuenta de que preparar un mural es más laborioso de lo que parece. Descubrimos sus técnicas secretas para trasladar el boceto a la pared, sin perder ningún detalle y experimentamos no solamente con spray, sino también con rotuladores y pintura de bote (la misma que se utiliza para pintar las paredes de casa).
El trabajo en la calle tiene sus pros y sus contras. Siempre dependes del tiempo. Las condiciones no son siempre favorables como cuando trabajas en una oficina. Después de 10 horas a pleno sol, con solo una interrupción para comer Sushi encima de unos botes de pintura, acabamos quemadas, manchadas, llenas de pinchos pero felices. Que los transeúntes se detengan, pregunten, opinen… y poder generar este feedback es muy gratificante. Interactuar con la gente que será la verdadera consumidora de tu arte, aligera mucho los brazos cansados.
Conocer a Mireia Serra, la persona que hay detrás de Lily, su historia personal, su carácter de luchadora, su mente inquieta… y compartir risas y conversaciones con ella fue lo mejor. Lo que más nos sorprendió fue su capacidad para dominar una técnica tan compleja en un tiempo récord, pues su carrera apenas llega a 4 años y ya tiene obras por todo el mundo. Sin contar que hace poco hizo su primera exposición en una galería de arte, donde casi todas sus obras fueron vendidas a grandes coleccionistas.
Una vez acabado el mural, entendimos que el streetart tiene algo que atrapa, algo mágico. Empiezas y no quieres parar… Es lo que le pasó a Lily después de su primer dibujo titulado “Rosquilla”. Nosotras seguiremos… pero ahora… en serio: ¡subidas a un andamio!
TALENTOS
Mural